Por: William Brown, Biofísico e Investigador científico de Resonance Science Foundation
En un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), científicos de la Universidad de Birmingham han demostrado que un pequeño grupo de células del embrión de una planta funciona de forma similar al cerebro humano.
Este hallazgo puede parecer contradictorio con la percepción convencional predominante de las plantas, ya que a menudo se las considera del mismo modo que a los objetos inanimados o, en el mejor de los casos, como seres vivos con una capacidad de procesamiento de información extremadamente limitada. Por supuesto, este sentimiento predominante es muy erróneo, ya que a pesar de nuestras percepciones tradicionales sobre las plantas, éstas están tan vivas como los animales y comparten muchas de sus capacidades y características.
Esta comprensión ha llevado a algunos científicos pioneros y visionarios a investigar el campo prácticamente prohibido de la cognición de las plantas. Investigadores como la Dra. Mónica Gagliano han documentado ampliamente las capacidades cognitivas y sensoriales de las plantas mediante una experimentación sistemática y rigurosa.
En el último estudio de la Universidad de Birmingham, investigadores demuestran que la variabilidad de la temperatura es integrada por un grupo de células en red en las semillas en germinación que funciona como un centro de toma de decisiones, similar a la función del cerebro en las especies animales. Esto permite a las semillas latentes determinar el momento óptimo para germinar en función de la información ambiental.
El estudio debería ayudar a reinformar la percepción convencional de las plantas, así como contribuir al avance de la eficiencia y la productividad agrícolas.
Tanto las plantas como los animales toman decisiones en respuesta al medio ambiente para maximizar su estado físico. Las plantas utilizan la latencia de las semillas para moverse en el tiempo y el espacio, y el momento de la transición a la germinación está influido por señales externas, incluida la temperatura. Aquí informamos de la presencia de un centro de toma de decisiones dentro de la punta de la raíz de las semillas latentes y demostramos que comparte una configuración similar a la de algunos sistemas dentro del cerebro humano. A diferencia de lo que ocurre en los seres humanos, donde esta estructura espacial se utiliza para filtrar las entradas ruidosas del entorno, las semillas utilizan esta disposición para aprovechar las temperaturas fluctuantes y estimular el fin de la latencia. Por tanto, las entradas variables actúan como una señal instructiva para las semillas, mejorando la precisión con la que las plantas se establecen en los ecosistemas.– Alexander Topham et alia, 2017.
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Por: William Brown, Biofísico e Investigador científico de Resonance Science Foundation
En un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), científicos de la Universidad de Birmingham han demostrado que un pequeño grupo de células del embrión de una planta funciona de forma similar al cerebro humano.
Este hallazgo puede parecer contradictorio con la percepción convencional predominante de las plantas, ya que a menudo se las considera del mismo modo que a los objetos inanimados o, en el mejor de los casos, como seres vivos con una capacidad de procesamiento de información extremadamente limitada. Por supuesto, este sentimiento predominante es muy erróneo, ya que a pesar de nuestras percepciones tradicionales sobre las plantas, éstas están tan vivas como los animales y comparten muchas de sus capacidades y características.
Esta comprensión ha llevado a algunos científicos pioneros y visionarios a investigar el campo prácticamente prohibido de la cognición de las plantas. Investigadores como la Dra. Mónica Gagliano han documentado ampliamente las capacidades cognitivas y sensoriales de las plantas mediante una experimentación sistemática y rigurosa.
En el último estudio de la Universidad de Birmingham, investigadores demuestran que la variabilidad de la temperatura es integrada por un grupo de células en red en las semillas en germinación que funciona como un centro de toma de decisiones, similar a la función del cerebro en las especies animales. Esto permite a las semillas latentes determinar el momento óptimo para germinar en función de la información ambiental.
El estudio debería ayudar a reinformar la percepción convencional de las plantas, así como contribuir al avance de la eficiencia y la productividad agrícolas.