He aquí cómo atrapar un agujero negro. En primer lugar, hay que dedicar muchos años a reclutar a ocho de los mejores radioobservatorios de cuatro continentes para que unan sus fuerzas en una cacería sin precedentes. A continuación, coordinar los planes para que esos observatorios dirijan su atención simultáneamente a las mismas zonas del cielo durante varios días. Luego, recopilar observaciones a una escala nunca antes intentada en la ciencia, generando 2 petabytes de datos cada noche.
Este es el audaz plan para la prueba del mes que viene del Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT), un equipo de radiotelescopios situados en todo el mundo, para crear un observatorio virtual casi tan grande como la Tierra. Y los investigadores esperan que cuando examinen la montaña de datos, estos capten los primeros detalles jamás registrados del agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea, así como imágenes de uno mucho mayor situado en la galaxia más lejana M87.
La razón por la que este esfuerzo requiere tanta potencia de fuego astronómica es que estos agujeros negros están tan lejos de la Tierra que deberían aparecer tan grandes como un panecillo en la superficie de la Luna, lo que requiere una resolución más de 1.000 veces mejor que la del telescopio espacial Hubble. Pero incluso si los investigadores consiguen captar sólo unos pocos píxeles borrosos, eso podría tener un gran impacto en la física fundamental, la astrofísica y la cosmología. El objetivo del EHT es acercarse al horizonte de sucesos de cada agujero negro, la superficie más allá de la cual la gravedad es tan fuerte que nada que lo cruce podrá volver a salir. Al captar imágenes de lo que ocurre fuera de esta zona, los científicos podrán poner la teoría general de la relatividad de Einstein a una de sus pruebas más estrictas hasta el momento. Las imágenes también podrían ayudar a explicar cómo algunos agujeros negros supermasivos producen jets espectacularmente energéticos y dominan sus respectivas galaxias y más allá.
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He aquí cómo atrapar un agujero negro. En primer lugar, hay que dedicar muchos años a reclutar a ocho de los mejores radioobservatorios de cuatro continentes para que unan sus fuerzas en una cacería sin precedentes. A continuación, coordinar los planes para que esos observatorios dirijan su atención simultáneamente a las mismas zonas del cielo durante varios días. Luego, recopilar observaciones a una escala nunca antes intentada en la ciencia, generando 2 petabytes de datos cada noche.
Este es el audaz plan para la prueba del mes que viene del Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT), un equipo de radiotelescopios situados en todo el mundo, para crear un observatorio virtual casi tan grande como la Tierra. Y los investigadores esperan que cuando examinen la montaña de datos, estos capten los primeros detalles jamás registrados del agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea, así como imágenes de uno mucho mayor situado en la galaxia más lejana M87.
La razón por la que este esfuerzo requiere tanta potencia de fuego astronómica es que estos agujeros negros están tan lejos de la Tierra que deberían aparecer tan grandes como un panecillo en la superficie de la Luna, lo que requiere una resolución más de 1.000 veces mejor que la del telescopio espacial Hubble. Pero incluso si los investigadores consiguen captar sólo unos pocos píxeles borrosos, eso podría tener un gran impacto en la física fundamental, la astrofísica y la cosmología. El objetivo del EHT es acercarse al horizonte de sucesos de cada agujero negro, la superficie más allá de la cual la gravedad es tan fuerte que nada que lo cruce podrá volver a salir. Al captar imágenes de lo que ocurre fuera de esta zona, los científicos podrán poner la teoría general de la relatividad de Einstein a una de sus pruebas más estrictas hasta el momento. Las imágenes también podrían ayudar a explicar cómo algunos agujeros negros supermasivos producen jets espectacularmente energéticos y dominan sus respectivas galaxias y más allá.