Un océano no tiene por qué ser agua -de hecho, ni siquiera tiene que ser líquido- en el sentido normal.
Desde plasmas cargados hasta líquidos supercríticos que se forman a presiones extremas y mares de lava, alquitrán o metano, pasando por hipotéticos océanos de amoníaco líquido, los grandes océanos de nuestra Tierra son sólo un ejemplo de los numerosos océanos del universo.
Nuevas observaciones e investigaciones podrían revelar que lo extraño podría no serlo tanto.
Artículo: http://www.astronomy.com/news/2017/04/the-strangest-oceans-in-our-galaxy
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