Puede Que Estemos Buscando Megaestructuras Alienígenas en los Lugares Equivocados

En la década de 1960, Freeman Dyson y Nikolai Kardashev captaron la imaginación de la gente de todo el mundo al hacer algunas propuestas radicales. Mientras que Dyson proponía que las especies inteligentes podrían llegar a crear megaestructuras para aprovechar la energía de sus estrellas, Kardashev ofrecía un sistema de clasificación en tres niveles para las especies inteligentes basado en su capacidad para aprovechar la energía de su planeta, sistema solar y galaxia, respectivamente.

Con las misiones que ahora son capaces de localizar planetas extrasolares (por ejemplo, el Observatorio Espacial Kepler), los científicos han estado al acecho de señales de posibles megaestructuras alienígenas. Por desgracia, aparte de algunos resultados muy discutibles, todavía no ha salido a la luz ninguna prueba concreta. Por suerte para nosotros, en un estudio de la Universidad Libre de Tiflis, el profesor Zaza Osmanov ofrece una nueva visión de por qué las megaestructuras pueden habernos eludido hasta ahora.

Aunque es fascinante, la idea de las megaestructuras alienígenas sufre invariablemente el mismo problema que todos los demás intentos de encontrar señales de vida inteligente en nuestro Universo. Básicamente, si la vida inteligente existe, ¿por qué hemos fracasado sistemáticamente en encontrar alguna evidencia de ella? Este enigma, que fue resumido por Enrico Fermi en la década de 1950 (a partir de entonces conocido como la Paradoja de Fermi - Fermi Paradox-), se ha tendido como una sombra sobre todos nuestros esfuerzos.

Por ejemplo, en el verano de 2015, un equipo de astrónomos anunció que había encontrado lo que podría ser un indicio de una megaestructura alienígena alrededor de la estrella de Tabby -Tabby’s Star- (KIC 8462852). Sin embargo, se apresuraron a señalar que cualquier número de posibilidades podría explicar el extraño patrón de oscurecimiento procedente de la estrella, y estudios posteriores ofrecieron explicaciones aún más plausibles, como que la estrella hubiera consumido un planeta en algún momento de su pasado.

Ante esto, Osmanov ha argumentado que el problema es que estamos buscando en los lugares equivocados. El año pasado, escribió un artículo de investigación -research paper - en el que aventuraba que una supercivilización alienígena -es decir, una que fuera coherente con una civilización de nivel II de Kardashev- probablemente utilizaría megaestructuras en forma de anillo para aprovechar la energía de sus estrellas. Esto contrasta con el concepto tradicional del de la "esfera de Dyson", que consistiría en una cáscara esférica.

Además, argumentó que estos anillos de Dyson probablemente se construirían alrededor de púlsares y no de estrellas, y ofreció estimaciones sobre sus dimensiones que dependían de la velocidad de rotación del púlsar. Según el último estudio de Osmanov, titulado "¿Son detectables los anillos de Dyson alrededor de los púlsares?" -Are the Dyson rings around pulsars detectable?“-, Osmanov amplía el problema de la detección de megaestructuras alienígenas al ámbito de la observación.

En concreto, él abordó cómo podrían detectarse las megaestructuras alienígenas mediante la identificación de sus firmas de energía infrarroja, y a qué tipo de distancias. Al examinar cómo variarían dichas estructuras en términos de la cantidad de radiación infrarroja que emitirían, cree que podrían ser detectadas dentro de nuestro Universo local utilizando los instrumentos existentes.

Continúe leyendo en: https://futurism.com/may-looking-alien-megastructures-wrong-places/

Referencias: Universe Today, ARXiV: https://arxiv.org/pdf/1705.04142.pdf

 

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