En el mundo hay aproximadamente 7.000 lenguas vivas y cada una de ellas viene acompañada de numerosos dialectos. ¿Qué es lo que dicta el protagonismo y la extensión de estas lenguas y dialectos?
Según el matemático James Burridge, existe un patrón que, según él, puede explicarse mediante un sencillo modelo basado en las leyes de la física.
Tradicionalmente, un dialectólogo utiliza líneas -conocidas como isoglosas- para visualizar la extensión espacial de los dialectos. Estas isoglosas encierran dominios dentro de los cuales se utiliza una palabra concreta u otro rasgo lingüístico. Sin embargo, esto no ofrece una representación real de la dinámica de lo que ocurre y ha ocurrido a lo largo de la historia, ya que, como en la mayoría de las cosas de la naturaleza, hay una causa y un efecto que dan lugar a una transición y no a un cambio repentino e inesperado.
Alejándose de los métodos tradicionales y tratando las isoglosas de forma análoga a la tensión superficial, el Dr. Burridge pudo utilizar la física de las burbujas para predecir dónde y cómo se producen los dialectos, afirmando:
"Estas isoglosas son como los bordes de las burbujas: las matemáticas utilizadas para describir las burbujas también pueden describir los dialectos".
Las teorías de la física unificada aplican el mismo razonamiento, en el sentido de que los conceptos y las leyes fundamentales de la física pueden aplicarse a todas las escalas y a todos los sistemas, desde los más simples hasta los más complejos.
Los resultados presentados en Physical Review coinciden tanto con las observaciones como con las predicciones realizadas por los dialectólogos y presentan un interesante ejemplo de cómo la aplicación de la física fundamental a los comportamientos complejos de los seres humanos conduce a resultados positivos.
Artículo: https://www.sciencedaily.com/releases/2017/07/170724155601.htm
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