Un Tecnomarcador Extraterrestre Sigue Siendo una Explicación Viable para 'Oumuamua, ¿Fue Esta una Sonda Interestelar?

Por: William Brown, Biofísico  de Resonance Science Foundation

En 2019 informamos sobre el primer visitante interestelar de nuestro sistema solar y la interesante propuesta del astrónomo de Harvard Avi Loeb de que podría ser una posible tecnomarca de ingeniería extraterrestre (technosignature of extraterrestrial engineering). Loeb propuso esta hipótesis para dar respuesta a muchos de los observables anómalos del visitante interestelar, llamado 'Oumuamua, como su reflectividad oscilante -que indica que su perfil va cambiando de un área grande a una más pequeña, de modo que es, o bien plano como una vela solar, o bien largo y delgado como una forma de cigarro y dando tumbos-, la ausencia de cualquier desprendimiento de gases a su paso por el Sol y su trayectoria anómala por la que se aceleró al salir del pozo gravitatorio del Sol y de nuestro sistema solar.

Loeb explica además que la repentina aceleración y la desviación de 'Oumuamua de su órbita esperada, parecían ser el resultado de la presión de la radiación, que es precisamente la forma en que las velas solares logran la propulsión. Es más, la trayectoria orbital del objeto interestelar lo situó en un paso por la Tierra, es decir, su dinámica orbital le permitió ver de cerca el único planeta habitable de nuestro Sistema Solar, que es precisamente lo que cabría esperar de una sonda interestelar.

Si parece inverosímil que pueda existir una civilización inteligente extraterrestre capaz de enviar una sonda a nuestro sistema solar, considere que con nuestras capacidades tecnológicas actuales ya estamos preparando nuestra propia sonda interestelar con el Proyecto Starshot (Project Starshot), una iniciativa patrocinada por la Fundación Breakthrough, que utilizará una vela solar para propulsar la primera sonda interestelar de la humanidad al sistema estelar Alfa Centauri. Así que incluso a un nivel rudimentario de sofisticación tecnológica, como el de nuestra civilización, la propulsión por vela solar es una metodología viable para el tránsito interestelar. Somos el ejemplo de que existe una civilización en la galaxia capaz y dispuesta a enviar sondas interestelares.

A pesar de los hechos abrumadores de que es perfectamente razonable considerar ciertas clases de fenómenos como posibles tecnomarcas o tecnofirmas extraterrestres de ingeniería inteligente, para la mentalidad conservadora sigue siendo una sugerencia absurda (probablemente más por razones emocionales que lógicas), y muchos astrónomos se empeñan en encontrar cualquier explicación para los observables de 'Oumuamua que no implique inteligencia de una variedad no humana.

Una de esas explicaciones llegó en marzo de 2021, cuando dos investigadores de la Escuela de Exploración Terrestre y Espacial (SESE)  (School of Earth and Space Exploration) de la Universidad Estatal de Arizona, ofrecieron una hipótesis alternativa. En dos estudios publicados, el becario de exploración de la SESE Alan Jackson y el profesor Steven Desch argumentaron que 'Oumuamua podría haber sido un fragmento de hielo de nitrógeno expulsado de un sistema estelar joven (posiblemente en el Brazo de Perseo de nuestra galaxia) hace unos 400 a 500 millones de años.

Jackson y Desch abordaron el tamaño y las limitaciones materiales de 'Oumuamua en su primer artículo (first paper), y mostraron cómo su albedo era similar al de los hielos de nitrógeno de la superficie de Tritón y Plutón. En un artículo posterior (subsequent paper), mostraron cómo este tipo de fragmentos de hielo de nitrógeno podría generarse por la colisión de objetos extrasolares de constitución similar a Plutón y a los objetos del Cinturón de Kuiper. La hipótesis de los fragmentos de hielo de nitrógeno es atractiva porque el desprendimiento de nitrógeno de cualquier objeto de este tipo al acercarse al Sol no sería visible para los telescopios como el que se utiliza para ver Oumuamua. Y la aceleración anómala no gravitacional de 'Oumuamua puede explicarse potencialmente por la desgasificación, que actúa como una especie de propulsor mientras el objeto se aleja del Sol y sale del sistema solar.  

El argumento de Jackson y Desch se basa en la producción de un número astronómicamente grande de estos fragmentos de hielo de nitrógeno para explicar la probabilidad estadística de que un objeto interestelar de este tipo intercepte la órbita de nuestro sistema solar. Loeb y su colega Amir Siraj han publicado un nuevo artículo en el que refutan la hipótesis del iceberg de nitrógeno basándose en que no hay un número suficiente de objetos similares a un Exo-Plutón que produzcan fragmentos de hielo de nitrógeno para explicar la probabilidad estadística de que uno se convierta en un intruso interestelar como 'Oumuamua.

En su último estudio The Mass Budget Necessary to Explain ‘Oumuamua as a Nitrogen Iceberg, Siraj y Loeb demuestran que, incluso en las hipótesis más optimistas posibles, la cantidad de material necesaria para producir la población requerida de objetos similares a un exo-Plutón requeriría más de diez veces la masa total de estrellas de la Vía Láctea. Con hipótesis menos optimistas -que tienen en cuenta el proceso de erosión por rayos cósmicos de los fragmentos de nitrógeno de los objetos exo-Plutón-, la cantidad de material necesaria superaría la masa de la galaxia en mil veces. Como explica Siraj:

"Estas cifras hacen insostenible el modelo del nitrógeno, ya que sólo una pequeña fracción de la masa estelar de la Galaxia se destina a la producción de un exo-Plutón". 

Fuente: Universe Today, Not Saying it was Aliens, but ‘Oumuamua Probably Wasn’t a Nitrogen Iceberg…

Teniendo en cuenta los cálculos de Siraj y Loeb, hay razones para dudar de la hipótesis del iceberg de nitrógeno, y los hechos siguen siendo que una sonda de ingeniería inteligente similar a una vela solar es una posible explicación para la primera visita observada de un viajero interestelar a nuestro sistema solar.

 

RSF en Perspectiva

Teniendo en cuenta el número cada vez mayor de exoplanetas habitables que se siguen descubriendo yuxtapuesto al aparente silencio de las señales extraterrestres inteligentes en la gama de radiofrecuencias de los estudios realizados durante décadas como el SETI, a menudo se plantea la pregunta: ¿dónde está toda la demás vida en la galaxia? Hay tantas cosas buenas por ahí, pero tan pocas pruebas de que haya habitantes. Este aparente enigma se conoce como la Paradoja de Fermi.

Sin embargo, la solución a la paradoja de Fermi puede ser muy sencilla: cuando hay indicios de la presencia de civilizaciones extraterrestres inteligentes, se ignoran o descartan las pruebas. Así, la paradoja no tiene su origen en la falta de tecnofirmas extraterrestres, sino en la desestimación voluntaria de dichas firmas. Por ejemplo, los vídeos de Fenómenos Aéreos No Identificados (FAN) reconocidos oficialmente por el Pentágono de los Estados Unidos como auténticos:

El análisis de las capacidades de la nave muestra que están más allá de cualquier tecnología humana conocida. Sin embargo, estas evidencias claras se descartan sumariamente con explicaciones de científicos de alto nivel como Neil deGrasse Tyson de que probablemente se trata de un fallo en el hardware de la tecnología avanzada de rastreo aéreo de la Armada de Estados Unidos (probably a glitch in the hardware), lo que ejemplifica que los científicos y otros están más dispuestos a ofrecer explicaciones obviamente ridículas, bajo el engañoso disfraz de ser racionales, que a considerar la posibilidad de que podamos tener la evidencia de inteligencia extraterrestre disponible para ver en YouTube.

Close

50% Complete

Two Step

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit, sed do eiusmod tempor incididunt ut labore et dolore magna aliqua.