El JWST, ¿Está Confirmando la Solución Holográfica de Haramein que Predice que el Universo es un Agujero Negro?

Las recientes observaciones del JWST ponen en tela de juicio el origen del Big Bang de nuestro universo, en apoyo del marco holográfico de Haramein, según el cual el universo fue creado por un agujero negro incrustado en un universo mayor. Es posible que haya que reescribir la mayor parte de la astronomía y la astrofísica convencionales.


Por Dra. Inés Urdaneta / Físico de Resonance Science Foundation

En nuestra serie de artículos de RSF que abordan el problema de la catástrofe del vacío -la discrepancia de 122 órdenes de magnitud entre la densidad de energía del vacío a escala cosmológica y a escala cuántica- y la solución aportada por el enfoque holográfico generalizado [1], señalamos que esta solución a la catástrofe del vacío insinuaba un escenario muy intrigante ... que nuestro Universo cumple la condición de agujero negro una vez que se calcula correctamente la contribución de las fluctuaciones del vacío que explican la masa oscura y la energía oscura.

Esta predicción teórica podría validarse ahora con las observaciones actuales del telescopio espacial James Webb (JWST).  En un reciente video titulado The Big Bang was Wrong -We live in a Black Hole! (El Big Bang está errado: vivimos en un agujero negro), publicado en YouTube, Michio Kaku explica por qué las recientes observaciones del JWST ponen en entredicho lo que sabemos sobre el origen de nuestro universo. Es posible que haya que reescribir la mayor parte de la astronomía y la astrofísica convencionales.

La principal observación desafiante del JWST es la detección de al menos 6 galaxias enormes, hasta 10 veces mayores que nuestra Vía Láctea, que aparecen en marcos temporales del universo temprano (aproximadamente 500 millones de años después del Big Bang). La formación de galaxias basada en el modelo del Big Bang requiere escalas de tiempo mucho mayores para que se formen estas galaxias, de muchos miles de millones de años. Es remota la posibilidad de que no se trate de galaxias, sino de cuásares, porque las firmas espectrales no coinciden. Por lo tanto, a menos que estas galaxias se produjeran por alguna nueva condición extravagante que desconocemos, no deberían estar ahí, y el hecho de que lo estén podría ser un claro indicio de que la teoría del Big Bang ya no se sostiene.

Ivo Labbe, de la Swinburne University of Technology de Melbourne, descubrió estas 6 galaxias [2] a partir de las imágenes de la cámara de infrarrojo cercano del JWST que se publicaron en julio de 2022. Los objetos detectados mostraban un desplazamiento al rojo extremo procedente de la luz estirada por la expansión del universo, lo que implica que dicha luz tiene unos 700 millones de años. Por tanto, estas galaxias se formaron de manera muy eficiente y rápida en el universo primitivo, desafiando la visión comúnmente aceptada de que las galaxias inician de tamaños muy pequeños y en periodos de tiempo mucho más largos se fusionan para formar galaxias más grandes. Además, estas galaxias tienen mucha más masa que la disponible en ese periodo estimada por los datos del CMB, y han pasado por numerosos ciclos de formación estelar. Estos tres aspectos contradicen los modelos astronómicos actuales.

Estas galaxias albergan agujeros negros supermasivos que se formaron después del instante de la creación, lo que sugiere que tal vez nuestro universo fue creado por un gigantesco agujero negro que colapsó en un cosmos mayor, en una configuración anidada de agujeros negros, uno dentro de otro. En tal escenario, nuestro universo evolucionó a partir de un agujero negro en otro universo, y se dice que este concepto fue introducido por primera vez por el físico ruso Igor Novikov en 1973, aunque hemos encontrado referencias de otros autores, que datan de 1972 [3,4].

La posibilidad de que el universo fuera un agujero negro es extremadamente relevante en el marco del Modelo Holográfico Generalizado y la teoría del Campo Unificado desarrollados por Nassim Haramein y su equipo de investigación aquí en Resonance Science Foundation. Durante al menos 30 años Haramein ha estado afirmando que los agujeros negros no sólo son los precursores de la formación de galaxias [5], razón por la cual preceden a la galaxia que los alberga (predicción que se ha confirmado en los últimos años, lea nuestros artículos de RSF Los Agujeros Negros Vienen Primero, Aumentan las Evidencias de que los Agujeros Negros Forman Galaxias, Motores Galácticos), además, también afirmó que el universo mismo es un agujero negro, y los cálculos de 2019 [1] proporcionan un marco teórico para avalar tal afirmación.   

 

… ¿Qué es Exactamente un Agujero Negro?

Una de las predicciones más destacadas de una teoría científica es la de las singularidades predichas por la Relatividad General (RG). En el contexto de esta teoría de Albert Einstein, una singularidad se refiere a una región extremadamente densa del espacio. Una masa comprimida en un volumen esférico se convierte en singularidad cuando alcanza el radio descubierto por el físico y astrónomo alemán Karl Schwarzschild, que propuso la solución más sencilla a las ecuaciones de campo de Einstein de la RG; la de un agujero negro esférico, estático y sin carga. Aunque el legado de Schwarzschild va mucho más allá de este logro, su carrera se esconde a la sombra de su propio radio.

 

El radio de Schwarzschild: la primera solución a la ecuación de campo de Einstein

En 1915, el mismo año en que Einstein introdujo por primera vez la relatividad general, el físico y astrónomo alemán Karl Schwarzschild proporcionó la primera solución exacta a las ecuaciones de campo de Einstein de la relatividad general para una masa esférica, no giratoria y sin carga [6]. Schwarzschild logró esto mientras servía en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial. Murió al año siguiente, el 11 de mayo de 1916, de la enfermedad autoinmune pénfigo (que presumiblemente era genética) que desarrolló mientras estaba en el frente ruso.

Fuente de la imagen: El radio de Karl Schwarzschild How fame eclipsed a Physicist's own legacy.

Utilizando las ecuaciones de campo para calcular el efecto gravitatorio de un cuerpo esférico, como una estrella, Schwarzschild descubrió que si la masa no es muy grande ni está muy concentrada, el resultado será el mismo que el que da la teoría de la gravedad de Newton. Por lo tanto, la teoría de Newton no es incorrecta; es una aproximación válida de la relatividad general en determinadas condiciones.

Schwarzschild también describió un nuevo efecto: cuando la masa se concentra en un volumen infinitamente pequeño -una singularidad-, la gravedad se vuelve tan fuerte que nada de lo que es atraído hacia la región circundante puede salir, ni siquiera la luz. En la analogía de la tela elástica que se utiliza en muchos artículos de divulgación, es como si un objeto diminuto pero muy masivo creara una depresión tan pronunciada que nada pudiera escapar de ella. Como absorbería la luz y nunca la emitiría, esta distorsión extrema del espacio-tiempo sería invisible, y se la bautizó como agujero negro. El resultado de Schwarzschild describe una esfera centrada en una singularidad, cuyo radio se depende de la densidad de la masa encerrada. Se supone que los sucesos que ocurren dentro de la esfera quedan aislados para siempre del resto del universo; por eso, el radio de Schwarzschild se denomina horizonte de sucesos, y se supone que el interior de un agujero negro es inaccesible.

Al principio se pensó que los agujeros negros eran un aspecto matemático de la teoría sin contrapartida física real, a pesar de que más de un siglo antes, en 1783, John Michell, uno de los científicos británicos más destacados, había sugerido que la gravedad superficial de algunas estrellas podría ser tan fuerte que ni siquiera la luz podría escapar de ellas. Utilizando ideas contemporáneas sobre la gravedad y la luz, Michell llegó a calcular que una "estrella oscura" con la masa del Sol tendría sólo unos pocos kilómetros de diámetro, lo que coincide con los cálculos modernos sobre el tamaño de un agujero negro de masa solar.

En 1963, Maarten Schmidt descubrió que un extraño punto luminoso con forma de estrella conocido como cuásar, llamado 3c273, es uno de los objetos más poderosos del universo. Su hallazgo llevó a la conclusión de que éste, y todos los cuásares, reciben su energía de un agujero negro supermasivo situado en el centro de una galaxia. A continuación puedes ver una imagen real de un cuásar, tomada por el observatorio de rayos X Chandra.

Chandra X-Ray Image of Quasar PKS 1127-145

 
Desde entonces, los astrofísicos han encontrado más objetos cósmicos que contienen una concentración de masa tan densa en un volumen reducido. Entre estos agujeros negros se encuentran el situado en el centro de la Vía Láctea (Sagitario A*) y ciertas estrellas binarias que emiten rayos X al orbitarse mutuamente. Utilizando el Event Horizon Telescope, se ha podido construir la primera imagen directa de un agujero negro en el centro de la galaxia M87, que se encuentra a unos 55 millones de años luz de la Tierra. Y dicha imagen se ha actualizado con la nueva toma detallada del Telescopio Event Horizon que revela líneas en espiral de misteriosas fuerzas magnéticas, como se muestra a continuación:

Fuente de la imagen: https://www.britannica.com/science/relativity/Curved-space-time-and-geometric-gravitation

 

Hoy en día, los agujeros negros son un objeto de estudio habitual, y se han encontrado en el centro de la mayoría de las galaxias.  Su tamaño está directamente relacionado con el tamaño de la galaxia que los alberga, un hecho que tendría sentido si el agujero negro fuera el creador de la galaxia, tal y como predijo Nassim Haramein hace más de 30 años.

 

La masa holográfica y la masa de Schwarzschild

El principio holográfico desarrollado por Bekenstein y t'Hooft considera la información contenida en la superficie de un agujero negro tomado como un sistema esférico en el que la unidad de medida es un cuadrado de tamaño Planck l2. Explorando más a fondo este principio holográfico junto con la entropía máxima de un agujero negro [7], Haramein propone una aproximación holográfica generalizada en términos de tanto la entropía de superficie como la de volumen de un sistema esférico, utilizando una esfera como aproximación de primer orden para el sistema considerado. Los resultados que obtiene han demostrado que esta geometría es una suposición muy buena, como explicaremos a continuación.

El Modelo Holográfico Generalizado de Haramein se basa en una relación holográfica fundamental ɸ: un cálculo de estado estacionario que representa una tasa o razón de equilibrio de intercambio de energía, como la constante cinética en una reacción química, sólo que en el enfoque de Haramein representa el potencial de transferencia de energía o información entre la superficie y el volumen. Esta relación holográfica fundamental ɸ se ha determinado para objetos cosmológicos y partículas cuánticas, y cuando se lleva a unidades de masa, da cuenta de la masa del objeto tomado como esférico como primera aproximación.

Para dar cuenta del contenido energético del sistema considerado, Haramein define una unidad de volumen esférico con diámetro de longitud de Planck y masa de Planck, denominada Unidad Esférica de Planck (PSU por sus siglas en inglés), con una densidad de energía de Planck de 1093 g/cm3. Estas PSU representan la densidad de energía del vacío a escala de Planck: la densidad de energía de las fluctuaciones del vacío. Al voxelar el interior del objeto con estas PSU y pixelar la superficie por el disco ecuatorial de la PSU (que representa también un bit de información), Haramein define un contenido de energía (o información-entropía) en el volumen, y un contenido de energía en la superficie, respectivamente. Ambas cantidades son adimensionales, y la relación entre el contenido de información den superficie y en volumen se convierte en la relación holográfica fundamental ɸ, que es básicamente una relación de radios.

Como muestra la figura siguiente, esta entropía de superficie-a-volumen de un sistema esférico da la proporción o tasa holográfica ɸ obtenida al embaldosar la superficie y rellenar el volumen de dicho sistema esférico con las Unidades Esféricas Planck PSU -la masa Planck en un volumen esférico Planck de radio Planck (longitud Planck/2)-, que son unidades de densidad de energía a escala de Planck.

Crédito de la imagen: Dr. Amira Val Baker.

Cuando esta relación entre radios ɸ se calcula para un objeto cuántico, como el protón, obtenemos la masa del protón -con precisión experimental- multiplicando la relación fundamental ɸ por la masa de Planck. Equivalentemente, conociendo la masa del protón, se puede calcular su radio de carga. Es extremadamente relevante que el cálculo de Haramein predijera el nuevo y más preciso radio de carga del protón en 2012, incluso antes de que se hubiera medido con tanta precisión en 2013 [8,9,10].  Todo esto forma parte del rompecabezas del protón que hemos abordado en un artículo anterior titulado Radio de Carga CODATA del Protón: La Historia de Esta Medida Fundamental. Cuando se calculó esta relación holográfica para el electrón, y luego se multiplicó por la masa de Planck, Haramein obtuvo la masa del electrón, con precisión experimental [11]. 

Con la inversa de esta relación holográfica (es decir, R/η) aplicada a un agujero negro, se puede calcular la masa del agujero negro [9], mediante la ecuación:

donde ml es la masa de Planck, y el subíndice H significa que esta masa se ha obtenido mediante la solución holográfica. Por lo tanto, nos referiremos a esta masa como masa holográfica.

El Modelo Holográfico Generalizado ofrece una ecuación para la masa de un agujero negro en términos de la relación geométrica volumen/superficie (1/𝜙 = R/η) para la que sólo se requieren la masa de Planck ml, el radio de Planck rl y el radio del agujero negro. De forma no trivial, MH = (1/𝜙) ml da el mismo valor numérico que la masa de Schwarzschild MS en la ecuación solución del radio de Schwarzschild a las ecuaciones de campo de Einstein para un agujero negro no giratorio y sin carga, que es MS = rs c2 / (2G).

La equivalencia MH = MS tiene profundas implicaciones. Antes que nada, significa que el espacio-tiempo está cuantizado con la pequeñísima estructura granular de la escala de Planck (la PSU). Si la masa holográfica MH es equivalente a la masa de Schwarzschild MS, hay que señalar que cuando se aplica al universo, la equivalencia entre la densidad crítica ρcrit y la entropía superficial η del universo da la masa crítica del universo Mcrit que es una solución holográfica para la masa (es decir, es una masa holográfica MH) y, por lo tanto, obedece a la solución de Schwarzschild para un agujero negro (ecuación de la derecha) cuyo radio es el radio de Hubble rHo (rs = rU = rHo) como se muestra a continuación,

donde ρl es la densidad de Planck, η, 𝜙, y Vu corresponden al universo. El radio de Schwarzschild es rs, c es la velocidad de la luz en el vacío, y G es la constante gravitatoria. Por lo tanto, Mcrit también es la masa de Schwarzschild MS.   

En palabras sencillas, esto significa que el propio universo obedece a las condiciones de un agujero negro. La idea de que el universo observable podría ser el interior de un agujero negro fue planteada originalmente en 1972 por Pathria [3] y Good [4]. El físico Nikodem Poplawski [12] reiteró la teoría de que nuestro universo podría estar en el interior de un agujero negro que existe en un "universo padre" (véase el vídeo).

Llegados a este punto, el lector se preguntará: si el cálculo es tan sencillo, y el número de Eddington (que estima el número de protones en el universo) multiplicado por la masa del protón da una estimación de la masa del universo del mismo orden de magnitud de 1055g, ¿por qué el universo como agujero negro no ha sido reconocido por las teorías predominantes hasta ahora?

Por extraño que pueda parecer, aunque la masa oscura y la energía oscura se insertaban en las Ecuaciones de Campo de Einstein, la mayoría de los físicos sólo consideraban la masa bariónica (la masa convencional) del universo en la solución de Schwarzschild. Es decir, las contribuciones de la masa oscura y la energía oscura, que están naturalmente integradas en la solución holográfica como contribuciones de masa-energía del vacío (como se explica en detalle en [1] y se aborda en nuestro artículo de divulgación de RSF Solución a la Catástrofe del Vacío) se desprecian y, por tanto, no obtenían el radio de Schwarzschild correcto para el universo como agujero negro. Y cuando se consideran, las estimaciones se aproximan, pero no cumplen exactamente la condición de Schwarzschild, porque tales contribuciones se obtienen fenomenológicamente a partir de observaciones astronómicas.

Mientras tanto, como se ve en la referencia [1], la solución holográfica tiene en cuenta las contribuciones de la masa oscura y la energía oscura a las ecuaciones de campo de Einstein (EFE) a partir de cálculos de primer principio, sin ajustar parámetros. Cuando se halla la masa crítica Mcrit del universo mediante la solución holográfica, vemos que considera los valores correctos de todas las contribuciones masa-energía, ya que el radio del universo coincide exactamente (hasta una precisión limitada por la constante gravitatoria G) con el radio de Schwarzschild. La mayor exactitud de nuestro cálculo se basa en el hecho de que estamos utilizando las PSU o unidades cuantizadas de densidad de energía de la estructura del vacío, teniendo en cuenta la densidad de energía de las fluctuaciones del vacío -las unidades Planck PSU- que se determinan con un alto nivel de exactitud. Y, debido a que nuestros resultados demuestran que estas unidades PSU están incrustadas de forma natural dentro de la solución de Schwarzschild [8,9,13], no necesitamos la relatividad general para obtener el radio Schwarzschild de un agujero negro, y la gravedad cuántica ya está integrada en estas unidades PSU.

Como se explica en nuestro artículo de RSF Motores Galácticos, los sistemas que obedecen la condición de Schwarzschild se encontrarán como el núcleo organizativo de la materia organizada, como se delinea claramente en la ley de escala de Haramein para toda la materia organizada [14]:

Una ley de escala para la materia organizada de frecuencia frente a radio. En esta figura se presenta el sistema de agujeros negros.  Desde la parte superior izquierda se representa el mini agujero negro a la distancia de Planck de 10^-33 cm hasta los agujeros negros de tamaño estelar, los agujeros negros más grandes, los agujeros negros del centro galáctico y, en la parte inferior derecha, un agujero negro del tamaño del Universo. Nótese que entre el tamaño estelar y el mini agujero negro de distancia Planck hemos incluido un punto de datos para el tamaño atómico que también calculamos un nuevo valor para su masa que incluye la energía disponible en el espacio vacío de un núcleo y da el radio correcto para describir una resolución atómica como mini agujeros negros... Es interesante observar que los microtúbulos de las células eucariotas, que tienen una longitud típica de 2 X 10^-8 cm y una frecuencia de vibración estimada de 10^9 a 10^14 Hz, se sitúan bastante cerca de la línea especificada por la ley de escala y en un punto intermedio entre las escalas estelar y atómica. Imagen y descripción de la imagen de [14].

Así, la solución holográfica generalizada descrita en este artículo ofrece una explicación física que es inherente a las ecuaciones de la relatividad general, por lo que no son necesarios términos de corrección. La renormalización sigue ocurriendo, pero el punto de corte para la renormalización es la unidad Planck (PSU) que se basa en las constantes fundamentales de la naturaleza (dentro de nuestro universo, al menos). 

 

RSF en Perspectiva -

Durante más de 25 años, el físico Nassim Haramein ha descrito los agujeros negros primordiales como los núcleos organizativos de los sistemas físicos a todas las escalas, desde la micro hasta la cosmológica. Su espín produce una región altamente coherente de espacio-tiempo cuantizado que tiene un parámetro de orden específico, razón por la que funcionan como el núcleo organizativo de la materia organizada (para más información sobre esto, lea nuestro artículo de RSF Motores Galácticos). Esto se aplica a la materia organizada en todas las escalas, desde partículas hasta planetas, estrellas, galaxias y el universo mismo [1,8,9,10,11,14]. Para verificar este postulado, en las últimas décadas se ha reconocido ampliamente que los agujeros negros forman el núcleo organizativo de todas las galaxias regulares.

La característica más importante para el crecimiento y la producción de energía de los agujeros negros es la dinámica de retroalimentación que permite la autoorganización; es el flujo hidrodinámico de retroalimentación del medio subyacente, es decir, el campo de Planck polarizable de los cuantos de información de masa-energía del espacio-tiempo, el que no sólo organiza la materia a través de las escalas, sino que también proporciona un mecanismo para una red espaciotemporal (denominada red espacio-memoria en nuestro contexto).  Esto puede evidenciarse con las últimas observaciones de filamentos moleculares térmicos alineados radial y horizontalmente en el plano galáctico y que emanan del agujero negro supermasivo central -Sagittarius A*- revelando la estructura de ordenamiento hidrodinámico subyacente de la red espacio-memoria y la geometría de relación de la arquitectura espacio-memoria con la magnetohidrodinámica del agujero negro en el Núcleo Galáctico [15].

El mecanismo es sencillo desde la perspectiva de la solución holográfica de Haramein, teniendo en cuenta que el protón también obedece la condición de Schwarzschild cuando se considera la energía de la fuerza fuerte αS (que es de donde procede la masa del protón en el modelo estándar). Esto significaría que la superficie del protón tendría η = 1040 terminaciones de agujeros de gusano [8,9], de tal manera que la información del volumen no es sólo el resultado de la superficie de información/entropía límite del entorno local, sino que también puede ser no local, debido a estas interacciones de agujeros de gusano como las propuestas por una conjetura conocida como conjetura ER=EPR (propuesta por Maldacena y Susskind) en la que los interiores de los agujeros negros están conectados entre sí a través de micro agujeros de gusano [16].

Juan Maldacena (izquierda) y Leonard Susskind (derecha)

Una red de protones entrelazados de este tipo podría permitir la transferencia y el flujo de información entre escalas, que actualiza la información en todos los protones de forma aparentemente instantánea. Esto implicaría un mecanismo casi instantáneo de retroalimentación a microescala e inferior, que podría explicar la creación y organización de toda la materia del universo en etapas muy tempranas, al tiempo que resolvería la paradoja de la información, ya que la información en un agujero negro no se evapora, los protones están entrelazados y actúan como nodos de la red donde se almacena y comparte la información. El resultado global es que la información no se pierde, y que la singularidad en el centro de los agujeros negros no son verdaderas singularidades matemáticas, tienen un corte natural.

Curiosamente, un reciente artículo de la revista Quanta Magazine titulado In New Paradox, Black Holes Appear to Evade Heat Death (Nuevo Paradigma, los Agujeros Negros parecen evadir la muerte Térmica) aborda un mecanismo analógico propuesto por Leonard Susskind para tratar la estructura entrelazada de información volumétrica de los agujeros negros, a través de la complejidad cuántica. La investigación demostró que un agujero negro, que es un sistema fuertemente gravitatorio, es matemáticamente equivalente a un sistema cuántico no gravitatorio fuertemente correlacionado en el que el agujero negro se trató de forma equivalente a un estado térmico de campos cuánticos; un plasma caliente formado por partículas nucleares. El plasma sufre millones de interacciones, creando un estado cuántico cada vez más complejo porque el espacio de posibilidades de interacciones es gigantesco, y se demostró que este proceso se aproxima a una distribución verdaderamente aleatoria. Dado que la aleatoriedad es la máxima complejidad, acercarse a la aleatoriedad significa que el sistema se hace cada vez más complejo, y casi al mismo ritmo al que crece el interior del agujero negro.

Por lo tanto, si a través de la dualidad holográfica AdS/CFT, los agujeros negros pudieran ser equivalentes al plasma caliente, el volumen del agujero negro es matemáticamente equivalente a la complejidad del circuito del plasma (la interacción de las partículas dentro del plasma), y como la complejidad del circuito sigue creciendo, también debe hacerlo el volumen del agujero negro. El truco está en que, como un agujero negro se rige por las leyes de la gravedad, si se pueden simular esas leyes en un ordenador con suficiente precisión, se obtiene la misma cantidad de información sin tener que entrar en el agujero negro para acceder a ella. El equipo de investigación descubrió que el volumen interior del agujero negro es eminentemente calculable, y observamos que ocurre lo mismo con el enfoque holográfico generalizado de Haramein, donde el estado interno de un agujero negro se determina fácilmente por la entropía de volumen R. No obstante, el enfoque de Haramein da los valores correctos a partir de cálculos analíticos de primer principio sin recurrir a complicados cálculos que requieren ajustar parámetros, y se puede seguir el mecanismo hasta el final.

Dado que en un sistema cuántico la complejidad es el número de operaciones elementales o necesarias para replicar un estado concreto, se supone que incluso después de que el plasma alcance una condición de equilibrio térmico, su estado cuántico no deja de evolucionar, volviéndose aún más complejo, y eso explicaría la característica cada vez mayor de los agujeros negros.

El problema es que, incluso dentro de este novedoso planteamiento, se está imponiendo una segunda ley de la termodinámica por la que, en un tiempo mucho mayor, un agujero negro acabaría alcanzando un estado de equilibrio de complejidad en el que el sistema sigue cambiando pero ya no puede decirse que evolucione: no tiene sentido de la dirección, vagando entre estados iguales de máxima complejidad. Con respecto a esto último, Nassim Haramein afirma que:

“El concepto de entropía siempre se da en una función lineal de orden a desorden como si el universo no estuviera haciendo la parte de orden para que el desorden ocurriera después. Básicamente ellos (la visión estándar) se atascaron con la analogía de la máquina de vapor, aplicándola al universo sin considerar nunca que el carbón que pusieron en la máquina de vapor fue organizado por el universo como una densidad de energía altamente empaquetada en primer lugar, como si pudieras tener entropía sin centropía o negentropía.” N. Haramein

Cabe preguntarse cuál es la relación entre un universo agujero negro, cuya singularidad en su centro es de tipo espacial, y el Big Bang, el cual es una singularidad en el tiempo (este espisodio de PBS contiene una interesante discusión al respecto). Tal vez el Big Bang no sea más que la singularidad en el centro de nuestro universo. Casualmente, la relatividad general se viene abajo en ambas situaciones, mientras que el modelo holográfico generalizado puede abordarlas, ya que, como explicamos anteriormente, no necesitamos la RG para obtener el radio de Schwarzschild de un agujero negro y la gravedad cuántica ya está incorporada en las unidades PSU.

De todo lo anterior se desprende que, evidentemente, falta algo enorme en la comprensión convencional del mundo físico, básicamente porque la densidad de energía de las fluctuaciones del vacío cuántico y sus contribuciones se están despreciando o contabilizando mal y, por lo tanto, el origen de la masa y las fuerzas, y de cómo están conectadas las constantes fundamentales, es totalmente desconocido. 

Todo esto se aclarará pronto, cuando se publique la teoría del campo unificado de Haramein [17]. Su cálculo completo demuestra que existe un parámetro de orden a través de las escalas, proporcionado por el giro inherente de la estructura del vacío cuántico que no es fundamentalmente aleatorio y que crea sistemas que obedecen la condición de Schwarzschild a diferentes escalas (PSUs, Protones, planetas, galaxias y el universo mismo), todos conectados a través de la red de entrelazamiento, de tal manera que estas entidades trabajan de manera armónica y concertada, como núcleos organizadores a cada escala. 


References

[1] Haramein, N & Val Baker, A. K. F. (2019). Resolving the Vacuum Catastrophe: A Generalized Holographic Approach, Journal of High Energy Physics, Gravitation and Cosmology, Vol.05 No.02(2019), Article ID:91083, 13 pages

[2] Labbe, I. et al, A population of red candidate massive galaxies ~600 Myr after the Big Bang Nature, Vol. 616, Issue 7956, p.266-269 (2023) arXiv:2207.12446

[3] R. K. Pathria, The Universe as a Black Hole, Nature, vol. 240, pp. 298-299, 1972.

[4] I. J. Good, Chinese Universes, Physics Today, vol. 25, no. 7, p. 15, 1972.

[5] D. R. G. Schleicher, F. Palla, A. Ferrara, D. Galli, and M. Latif, “Massive black hole factories: Supermassive and quasi-star formation in primordial halos,” A&A, vol. 558, p. A59, Oct. 2013, doi: 10.1051/0004-6361/201321949

[6] Schwarzschild, K., On the gravitational Field of a Mass Point according to Einstein’s theory  Sitzungsber. Preuss. Akad. Wiss., Phys. Math. Kl. 189 (Submitted 13, Jan. 1916) https://arxiv.org/pdf/physics/9905030.pdf

[7] t Hooft G. The Holographic Principle. arXiv:hep-th/0003004v2. 2000;1-15

[8] Haramein, N. (2012). Quantum Gravity and the Holographic Mass, Physical Review & Research International, ISSN: 2231-1815, Page 270-292 

[9] Haramein, N. (2010). The schwarzschild proton, AIP Conference Proceedings, CP 1303, ISBN 978-0-7354-0858-6, pp. 95-100. [3] Quantum Gravity and the holographic mass.

[10]  Quantum Gravity and the Holographic Mass, registered at the Library of Congress, 12/20/2012 https://cocatalog.loc.gov/cgi-bin/Pwebrecon.cgi?Search_Arg=Quantum+gravity+and+the+holographic+mass&Search_Code=TALL&PID=4P-To2WpS1TNnoZjOjgXa_WLauJ9&SEQ=20230615155532&CNT=25&HIST=1

[11] Val baker, A.K.F, Haramein, N. and Alirol, O. (2019). The Electron and the Holographic Mass Solution, Physics Essays, Vol 32, Pages 255-262.

[12] N. J. Poplawski, Radial Motion into an Einstein-Rosen bridge Phys. Letts. B, vol. 687, no. 110-113, 2010.

[13] Frino, R.A, Derivation of the Schwarzschild radius without General Relativity. https://vixra.org/pdf/1512.0496v1.pdf

[14] Haramein, N., Rauscher, E.A., and Hyson, M. (2008). Scale unification: a universal scaling law. Proceedings of the Unified Theories Conference. ISBN 9780967868776

[15] F. Yusef-Zadeh, R. G. Arendt, M. Wardle, and I. Heywood, “The Population of the Galactic Center Filaments: Position Angle Distribution Reveals a Degree-scale Collimated Outflow from Sgr A* along the Galactic Plane,” ApJL, vol. 949, no. 2, p. L31, Jun. 2023, doi: 10.3847/2041-8213/acd54b.

[16] J. Maldacena and L. Susskind, Cool horizons for entagled balck holes, e-print arXiv:1306.0533 (2013).

[17] Haramein N. and Alirol O., Scale invariant unification of forces, fields and particles ni a quantum vacuum plasma https://zenodo.org/record/4270619

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